Café y sueño: ¿perjudica o beneficia a nuestro descanso?

El café matutino es indispensable para mantenernos activos y concentrados en nuestras tareas cotidianas. Pero más allá del efecto que pueda tener el café, el principal motivo que nos aferra a esta bebida es el placer que nos brinda cada vez que nos levantamos por la mañana.

Desde tiempos ancestrales, el café ha formado parte de nuestra rutina, lo que ha dado lugar a una industria gigantesca y rentable en todo el mundo. Sin embargo, el café tiene consecuencias en la calidad del sueño, especialmente durante las horas nocturnas.

Relación entre el café y el sueño

En el interior del grano de café se encuentra un componente natural que nos mantiene despiertos, conocido como cafeína. Si bien existen muchos estudios que hablan sobre los efectos de esta sustancia, todavía queda mucho por investigar.

El café afecta nuestros sentidos, pero tiene un impacto especialmente en nuestro reloj biológico interno, lo que nos mantiene despiertos durante períodos prolongados. Esto crea una relación entre la cafeína y el sueño. A continuación, presentamos algunos datos interesantes sobre esta relación.

La cafeína reduce la sensación de somnolencia

La cafeína actúa como un químico cerebral llamado adenosina. Las moléculas de adenosina se unen a ciertos receptores, lo que provoca el sueño. Sin embargo, la cafeína inhibe la acción de los receptores de adenosina e impide la sensación de somnolencia, manteniéndonos despiertos y alertas.

Es completamente normal que al tomar café al final de la tarde o por la noche, se retrasen las horas de sueño natural y nos despertemos un poco más tarde al día siguiente.

Incluso, a pesar del cansancio del día, podemos sentirnos con energía para realizar múltiples tareas. Sin embargo, estos efectos se reducen progresivamente a medida que las personas desarrollan tolerancia a la cafeína.

Por lo general, los efectos de la cafeína se pueden sentir después de 30 a 40 minutos de haber ingerido café y pueden durar hasta 6 horas.

Sensación de alerta

La cafeína tiene la capacidad de mantenernos alertas y con los ojos bien abiertos, pero hay un inconveniente que debemos tener en cuenta: se ha comprobado que después de tomar una taza de café, nuestro sueño se reduce y se pueden alterar los patrones de sueño natural.

Otra consecuencia negativa es que podemos desarrollar trastornos del sueño y tener un sueño ligero y de menor calidad. Esto se acentúa aún más después de los 30 años, por lo que la mayoría de las personas de esta edad evitan tomar café por la noche.

Dependiendo del nivel de consumo, algunas personas son más susceptibles a los efectos de la cafeína que otras. Por ejemplo, aquellas que consumen poco café pueden tener una mayor sensibilidad a la cafeína. De hecho, se ha identificado un gen que provoca sensibilidad a los efectos de la cafeína.

Investigaciones también han revelado que la cafeína puede alterar nuestro horario interno hasta en 40 minutos. Por lo tanto, tomar café por la tarde o por la noche podría retrasar nuestras horas de sueño y alterar la hora en que nos despertamos por la mañana.

¿Estás dispuesto a tomar café por la noche? Puedes hacerlo si necesitas realizar una actividad que requiera que estés despierto, de lo contrario, es recomendable hacerlo en un horario diferente. No dejes de seguir para recibir información adicional sobre la maravillosa bebida que a todos nos encanta: ¡el café!

Al Día

Articulos Relacionados